Según la Organización Mundial de la Salud, el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es uno de los trastornos mentales más incapacitantes que existen.
Las cifras de prevalencia del TOC varían en función de la fuente consultada, pero podríamos decir que oscila entre el 2% y el 3% de la población general.
Según el manual diagnóstico DSM V, la edad media de inicio del TOC es de 19,5 años y las mujeres se ven más afectadas durante la edad adulta, mientras que los hombres se ven más afectados durante la infancia. Por otro lado, si no se trata, el curso del TOC suele ser crónico y con síntomas oscilantes.
En el siguiente post trataré de explicar en qué consiste el TOC; cuáles son los factores de inicio y mantenimiento del problema y cuál es la terapia de elección para abordarlo.
Como su propio nombre indica, el Trastorno Obsesivo Compulsivo se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones.
Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes, intrusivas y persistentes, que la persona experimenta como indeseables, con lo que le generan mucha ansiedad. Algunos ejemplos de obsesiones podrían ser: miedo a contaminarse; miedo a que algún ser querido sufra un daño; miedo a hacer daño a alguien, etc.
Mientras que, las compulsiones, son conductas compulsivas incontrolables y repetitivas (que pueden ser observables o mentales), que la persona se ve obligada a realizar para calmar la ansiedad que le generan las obsesiones.
Algunos ejemplos de compulsiones observables podrían ser: lavarse constantemente las manos para evitar contaminarse; o bien ordenar simétricamente las cosas para evitar que le pase algo malo a un familiar; o bien comprobar varias veces que se ha apagado el gas para evitar provocar una explosión, etc.
Algunos ejemplos de compulsiones mentales podrían ser: rezar varias oraciones para evitar un pensamiento impuro; o contar hacia atrás para evitar la obsesión de hacer daño a alguien; o repetir varias veces una palabra mentalmente para evitar pensamientos «impuros» relacionados con sexo, etc.
En el TOC, la persona reconoce que sus obsesiones y compulsiones son irracionales, sin embargo, siente que no puede hacer nada para controlarlas y esto le genera mucha angustia.
Además, las obsesiones y las compulsiones suponen un deterioro importante en el funcionamiento normal de la persona y en su calidad de vida, ya que, llevarlas a cabo, requiere mucho tiempo. En este sentido, la persona puede incluso llegar a perder su trabajo por llegar siempre tarde, (por ejemplo).
Además, es común que las personas con este trastorno suelan evitar personas, lugares o situaciones que puedan desencadenar las obsesiones y las compulsiones, (hecho que también puede restringir gravemente su calidad de vida). Por ejemplo, una persona con un TOC de contaminación puede evitar los hospitales (debido al miedo que tiene de contaminarse de gérmenes o de alguna enfermedad como el SIDA) con el riesgo que ello supone para su salud ya que evitará ir al médico cuando lo necesite. También puede llegar a desarrollar problemas dermatológicos debido a las veces que se lava las manos para evitar contaminarse de gérmenes. Asimismo, estas personas suelen evitar zonas públicas (como el bus, el metro o los baños de un restaurante) por miedo a contaminarse de gérmenes o de alguna enfermedad, quedando de ese modo aislada y sin hacer cosas agradables, hecho que supone un alto riesgo de desarrollar sentimientos de tristeza o depresión.
Por otro lado, las personas que tienen pensamientos intrusivos referentes a “causar daño a los demás”, suelen evitar las interacciones sociales y, en el caso de los adolescentes, esto podría conllevar a problemas a la hora de buscar una pareja o a la hora de socializar con nuevos amigos o para comenzar a vivir de forma autónoma fuera del ámbito familiar de origen.
Por su parte, las personas que tienen obsesiones acerca de la simetría, pueden mostrar dificultades para dar por finalizados sus trabajos (escolares o laborales), porque nunca los perciben como «perfectos», hecho que les puede llevar al fracaso escolar o a perder el empleo.
MODELO EXPLICATIVO DEL INICIO Y MANTENIMIENTO DEL TOC
Vulnerabilidad biológica. Hoy en día se sabe que el TOC se puede deber a factores genéticos; a antecedentes familiares de ansiedad o de depresión; a un déficit de serotonina en determinadas áreas cerebrales; o a una infección por estreptococos que causan inflamación en los ganglios basales, (aunque esta última causa sólo se da en el 10% de los casos).
Vulnerabilidad psicológica. Por otro lado, se sabe que las personas con TOC suelen tener una tendencia a sobrestimar las amenazas y a no tolerar la incertidumbre. Asimismo, suelen otorgar demasiada importancia a los pensamientos (llegando incluso a creer que el hecho de tener un pensamiento “prohibido” es tan malo como el hecho de llevarlo a cabo).
Además se sabe, que estas personas pueden haber aprendido durante la infancia la respuesta del miedo, (bien por condicionamiento clásico o por aprendizaje vicario (es decir observando a otros) y que también podrían haber aprendido determinados esquemas cognitivos rígidos de hiperresponsabilidad y perfeccionismo, que estan en la base de su comportamiento rígido y de sus creencias irracionales.
Modelo explicativo conductual del TOC:
Según el modelo conductual, las obsesiones son pensamientos que se han asociado a altos niveles de ansiedad, provocados por algún acontecimiento traumático vivido durante la infancia y por tanto, se han convertido en estímulos condicionados. Es por ello, que cada vez que la persona tiene una obsesión, siente ansiedad, y las compulsiones son conductas de escape que le permiten aliviar dicha ansiedad. No obstante, con las compulsiones, la ansiedad mejora a corto plazo, pero el problema se mantiene por reforzamiento negativo, porque la persona aprende que con ellas, su ansiedad disminuye, con lo cual, cada vez que tenga una obsesión, llevará a cabo una compulsión. Además la persona aprende a evitar las situaciones que le provocan las obsesiones, con lo cual, nunca se expone a ellas y no puede habituarse a la ansiedad que le provocan. Por ello la terapia de elección en el TOC es la Terapia de Exposición con Prevención de Respuesta, que consiste en exponer a la persona a sus obsesiones, sin que pueda llevar a cabo las compulsiones, para que disminuya su ansiedad por habituación.
Modelo explicativo cognitivo del TOC:
Según el modelo cognitivo, las obsesiones son en un principio pensamientos intrusivos normales, pero en un momento determinado de la vida, la persona los dota de un significado exagerado o los interpreta como algo horrible, peligroso, inmoral o asqueroso, (sesgo interpretativo). Podíamos poner el ejemplo de un padre, que al cambiar el pañal de su hijo observa su pene y de repente tiene un pensamiento sexual. En esta situación, una persona sin TOC dejaría pasar ese pensamiento como algo absurdo, sin darle más importancia. Sin embargo, una persona con TOC lo interpretaría como algo impuro, con lo que intentaría despojarse a toda costa de ese pensamiento mediante compulsiones, ya que ese pensamiento le generaría mucha ansiedad. Por otro lado, la persona evitararía a toda costa la situación que le genera esa obsesión (con lo cual, ya no le cambiará nunca más el pañal a su hijo).
Desde el modelo cognitivo se entiende además, que intentar evitar o neutralizar la obsesión mediante las compulsiones o «conductas de escape», lo único que hace es recordarle todavía más a la persona la obsesión, con lo cual, las obsesiones aumentarían en intensidad y frecuencia (es como cuando nos dicen “no pienses en un elefante rosa”, ¿en qué estás pensando?) 😉
ALGUNAS CREENCIAS IRRACIONALES PROPIAS DEL TOC:
Como ya se ha comentado, la persona con TOC suele haber interiorizado durante la infancia esquemas cognitivos rígidos y disfuncionales de hiperresponsabilidad y perfeccionismo, que son los que le llevan a tener las creencias irracionales propias del TOC. Algunos ejemplos de estas creencias podrían ser las siguientes:
-“El mero hecho de pensar que mi madre puede morir, aumenta la probabilidad de que suceda”, (fusión pensamiento-acción probabilística)
– “Pensar que voy a hacer daño a alguien es lo mismo que hacerlo”, (fusión pensamiento-acción moral).
-“No intentar prevenir un desastre es tan malo como provocarlo”
-“Más vale prevenir que curar”
-“Tener un pensamiento “impuro” me convierte en un ser detestable que debe ser castigado”.
Como se puede apreciar, la persona con TOC suele sentirse responsable del daño que les pueda ocurrir a ellos mismos o a otras personas, debido a la interiorización de esas creencias irracionales que tienen que ver con la responsabilidad.
La conciencia de estas creencias puede variar entre individuos y también en un mismo individuo a lo largo del curso de su TOC, y una mejor conciencia de dichas creencias, se vincula a una mejor evolución del TOC.
A continuación se presenta un modelo cognitivo conductual que permite explicar el inicio y el mantenimiento del TOC:
TRATAMIENTO DEL TOC
Según las guías de intervención clínica, el TOC se debe abordar con Terapia Cognitivo Conductual y/o con Terapia Farmacológica, (en función de la gravedad del caso).
El objetivo principal de la intervención conductual es minimizar las obsesiones y las compulsiones, así como las conductas de evitación y re-aseguración manifiestas. Para ello se utiliza la técnica de Exposición con Prevención de Respuesta, (EPR), en la que se expone a la persona a sus pensamientos obsesivos sin permitirle que lleve a cabo las compulsiones. De esa forma la ansiedad disminuye por habituación y por comprobación de que las consecuencias temidas no suceden.
El objetivo principal de la intervención cognitiva consiste en minimizar las obsesiones y las compulsiones no visibles (mentales). Algunas técnicas que se suelen utilizar para ello son: la reestructuración cognitiva, (que permite reemplazar las creencias irracionales desadaptativas por otras más racionales y adaptativas); la “técnica del continuo” (que permite desafiar la creencia de que “pensar en algo es lo mismo que hacerlo”); la “auto-exposición” mediante grabaciones a las obsesiones, con prevención de los rituales mentales, etc.
Por último el objetivo principal de la intervención farmacológica es aumentar los niveles de serotonina en determinadas áreas cerebrales, (Corteza Prefrontal, Corteza Cingulada Anterior, ganglios basales, etc), mediante la administración de determinados fármacos, (principalmente Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS).
Espero que este post haya servido para comprender mejor el TOC y para identificar sus primeros signos, ya que se trata de un trastorno muy incapacitante que puede llegar a ser crónico, con lo cual, cuanto antes se aborde mejor pronóstico tendrá.
Un saludo a tod@s y hasta la próxima!
Referencias bibliográficas:
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