DEPENDENCIA EMOCIONAL EN LA PAREJA

La dependencia emocional en la relación de pareja es uno de los motivos de consulta psicológica más habituales hoy en día.

Este problema afecta tanto a hombres como a mujeres, pero son las mujeres las que más acuden a consulta psicológica, ya que los hombres, debido a determinados estigmas sociales, tienden a ocultarlo por vergüenza.

Podríamos definir de manera rápida y sencilla el término “dependencia emocional en la pareja», como:

La incapacidad de cortar una relación, cuando ésta ya no nos gusta, o nos hace sufrir.

La persona dependiente sufre como una especie de “enganche emocional” hacia su pareja, debido a una necesidad contínua de afecto que trata de cubrir de manera desadaptativa.

La dependencia emocional en pareja no tiene nada que ver con la dependencia económica. De hecho, muchas personas económicamente independientes o con un alto estatus socioeconómico, sufren dependencia emocional.

Algunos ejemplos de dependencia emocional dentro de la pareja serían los siguientes:

-Cuando nos damos cuenta de que la otra persona ya no es lo que deseamos para nuestra vida, (porque ya no encaja con nuestros valores, ideales, metas, necesidades, actitudes, gustos, aficiones, etc.), pero no podemos dejar la relación.

-También existe dependencia emocional cuando nos damos cuenta de que la otra persona hace cosas que son intolerables para nosotros, (p.ej. tontea con otras personas por whatssap, nos es infiel, no es detallista ni cariñoso con nosotros, etc.) pero no podemos dejar la relación.

-Otro ejemplo de dependencia emocional sería cuando nuestra pareja nos dice que «ya no nos quiere» y nosotros en lugar de aceptar la ruptura, acabamos arrastrándonos para evitar que el otro nos abandone. En estos casos, la persona, en lugar de abandonar la relación, acaba abandonándose a sí misma, y pierde toda su esencia y dignidad, con tal de que la otra persona no le abandone.

-Otro ejemplo de dependencia emocional, serían los casos de maltrato psicológico o físico. En estos casos, la otra persona agrede, insulta, menosprecia o falta el respeto a la persona maltratada, y sin embargo, ésta no es capaz de cortar la relación.

En todos estos casos, debemos ser conscientes de que estamos en una relación de dependencia emocional y que sería necesario pedir ayuda a familiares, a amigos o a profesionales, si sentimos que no somos capaces de salir de dicha relación por nosotros mismos.

Causas de la dependencia emocional:

Algunas causas que se han relacionado con el desarrollo de la dependencia emocional en la pareja son las siguientes:

El estilo educativo parental autoritario o negligente. Un estilo educativo negligente o demasiado autoritario, (lleno de control y falto de afecto), puede dar lugar a un estilo de apego inseguro en la infancia que derive en dependencia emocional durante la adolescencia o la adultez.

El estilo educativo parental sobreprotector. Los padres demasiado protectores, pueden fomentar en sus hijos sentimientos de baja autoeficacia y baja autoestima que pueden derivar en dependencia emocional durante la adolescencia o la adultez

La baja autoestima. La dependencia emocional va de la mano de la baja autoestima, ya que, una persona con baja autoestima suele sentir que no es lo suficientemente valiosa para los demás;  o que no sería capaz de superar por sí sola los retos de la vida; o que no está a la altura de los demás; o que nadie más la va a elegir como pareja; o que no va a poder aspirar a más; etc.

Cuando nos sentimos inseguros, no capaces, o no válidos, solemos buscar un vínculo que nos proporcione la autoestima y el afecto que necesitamos.

Factores sociales: mitos sobre el “amor romántico” y otras ideas, valores y actitudes que interiorizamos casi de manera inconsciente y que se divulgan a través de la cultura, la educación, la religión, las películas de amor romántico de Hollywood, los dibujos animados de Disney, los cuentos infantiles, etc., etc., etc.

Algunos ejemplos de estas ideas y valores sociales que promulgan la dependencia emocional serían:

-“Existe una edad normativa para encontrar pareja, casarse o tener hijos…Si no tienes pareja a esa edad, significa que te quedas “solterona” o “para vestir santos” (con todas las connotaciones negativas de «eres defectuosa” que esas afirmaciones conllevan).

-“La princesa desvalida no puede defenderse sola de los malos, necesita un príncipe azul que le salve la vida”

-“Una relación debe durar hasta que la muerte nos separe”

-“Quien bien te quiere te hará llorar”

-“Hay que aguantar, porque con el tiempo cambiará y la rana se convertirá en príncipe azul”

-“Si aguantas, al final seréis felices y comeréis perdices”

-“Sin ti, no soy nada”

-“Te necesito”

-Etc.

Todos estos valores sociales que interiorizamos de manera casi inconsciente, generan emociones de inseguridad, indefensión y miedo a quedarse sola, que a su vez, empujan a la persona a “conformarse” con una persona con la que realmente no encaja o le hace sentir mal.

Factores neuroquímicos. Es importante tener en cuenta que el amor puede producir dependencia, mono, o síndrome de abstinencia, como lo haría cualquier droga, porque tanto el amor como las drogas comparten los mismos neurotransmisores y circuitos cerebrales.

Más concretamente, cuando estamos enamorados nuestro cerebro libera en el área de recompensa del cerebro, (llamado «nucleo accumbens»), grandes cantidades de serotonina, dopamina y oxitocina, (todos ellos, neurotransmisores responsables de sentir excitación, placer y bienestar).

Cuando una relación amorosa es muy intensa desde el principio, se liberan grandes cantidades de estos neurotransmisores todo el tiempo. Si de repente, se produce una ruptura en la pareja, estos neurotransmisores dejan de liberarse, con lo que la persona, (al igual que un adicto) sentirá “mono” y saldrá en busca de su “droga”, (la persona amada) para tratar de sentirse bien.

Asimismo, el déficit de estas sustancias desregula nuestro estado emocional y nos puede llevar a sentir ansiedad, ira, tristeza e incluso estados obsesivos, que nos pueden llevar a comportarnos de manera compulsiva (p.ej. mirar constantemente si está en línea por el whatssap; o entrar en sus redes sociales para ver qué pone;  etc.).

No obstante, debemos tener en cuenta que con el paso del tiempo, y conforme se va atravesando el duelo por la ruptura, los niveles de estos neurotransmisores se van estabilizando poco a poco, hasta que nuestros pensamientos, emociones y conducta vuelven a la normalidad.

Es por ello que la mayoría de psicólogos recomendamos, no mantener ningún contacto con la persona amada tras una ruptura sentimental, porque si no la vemos, ayudamos a que las alteraciones en las conexiones de estos neurotransmisores se vayan estabilizando hasta que  vuelven a sus niveles normales.

Cuando esto ocurre, la persona se puede ir adaptando poco a poco a su nueva situación en la que la otra persona ya no está y el riesgo de “recaída” (es decir, el riesgo de querer volver con la otra persona), se debilita.

Mantener contacto 0 durante el proceso de duelo, no sólo nos ayudará, a estabilizar la neuroquímica de nuestro cerebro, sino que también nos va a ayudar a reorganizar determinadas creencias irracionales que nos mantenían aferrados a la otra persona. Por ejemplo, nos damos cuenta de que sí somos capaces de sobrevivir por nosotros mismos, sin necesidad de tener a la otra persona en nuestra vida; que podemos ser felices sin ella; que podemos conocer a nuevas personas más afines a nosotros; que somos capaces de plantearnos nuevas metas y vivir una nueva vida.

Debemos tener en cuenta que no todos los procesos de duelo son iguales. Cada persona necesita su ritmo y su tiempo para superar una ruptura sentimental, y esto va a depender, de las características de cada persona (personalidad, estrategias de afrontamiento, resiliencia, apoyo social, etc.) y de las características de la ruptura en sí misma (no es lo mismo dejar, que ser dejado; no es lo mismo romper por una infidelidad que por una incompatibilidad de caracteres; no es lo mismo una ruptura con hijos, que sin ellos; etc.).

Aunque cada proceso de duelo sea único y singular, en general, se suele pasar por una serie de etapas, que se van superando poco a poco, con el paso del tiempo (véase el post “Etapas de duelo tras una ruptura sentimental” http://fabulosamente.com/como-superar-el-duelo-por-ruptura-sentimental/)

Como podemos evitar la dependencia emocional:

1-Evitar el autoengaño. En la fase inicial de enamoramiento es fundamental no autoengañarnos tratando de ocultar o “tapar” aquellos detalles de la otra persona que no nos gustan o directamente nos “tiran para atrás”. Por ejemplo, si pillamos al otro diciéndonos una mentira, o nos damos cuenta de que tiene creencias, ideas y actitudes que son totalmente incompatibles con las nuestras, en ese mismo instante, deberíamos preguntarnos si realmente deberíamos seguir adelante con esa relación.

Es decir, es muy importante que desde un principio escojamos a personas que tengan ideas, valores, creencias, actitudes y gustos afines a los nuestros, (para que, de esa forma, no sea necesario tener que pedirle al otro constantemente que cambie todo lo que no nos gusta, a lo largo de la relación).

3- Empatizar con el otro. Una vez hemos decidido mantener la relación con esa persona es importante entender que a pesar de tener muchas cosas en común, cada uno somos diferentes, porque hemos vivido experiencias distintas y que eso nos va a llevar en muchas ocasiones a hacer interpretaciones diferentes ante una misma realidad.

4- Mantener una buena comunicación en pareja. Es esencial mantener con nuestra pareja una buena comunicarnos, para poder expresar abiertamente las necesidades mutuas y no tener que “suponer” de manera errónea lo que el otro necesita.

5- Ser conscientes de la dependencia emocional. Si ya llevamos un tiempo con la persona y de repente nos damos cuenta de que estamos en una relación de dependencia emocional, lo mejor sería separarnos de esa persona y mantener contacto 0. En el caso de que hubiera hijos o mascotas en común, el contacto debe ser el mínimo, ya que, cuanta menos información tengamos de la otra persona, antes pasaremos el duelo.

6-Trabajar nuestra autoestima. Para ello es importante:

-Fomentar un vínculo de apego seguro desde la infancia que permita desarrollar un buen sentimiento de autoeficacia y autoestima.

-Trabajar la Autoaceptación. Ser conscientes de nuestros puntos fuertes y débiles, potenciar los fuertes y mejorar los puntos débiles que se puedan cambiar, y los que no, aceptarlos.

– Trabajar la asertividad, (aprender a defender nuestros derechos y opiniones, respetando los de los demás).

-No compararnos con los demás (entender que nadie es mejor que nadie, y que todos somos diferentes y que eso precisamente es lo que nos hace especiales frente a los otros).

-Plantearnos metas realistas y alcanzables, que nos lleven  a sentirnos personas autoeficaces, válidas, autónomas y autorrealizadas.

-Realizar actividades agradables que cuiden de nuestra salud (practicar algún deporte, salir a pasear, hacer alguna excursión por el campo, la playa o la montaña, leer un libro, escuchar música, practicar meditación, Mindfulness, yoga, etc.).

-Modificar los valores sociales que promueven la dependencia emocional.

Hasta aquí mi explicación sobre la dependencia emocional en pareja.

Espero que esta información pueda resultar de interés y ayuda.

Muchas gracias por la atención y hasta el próximo post!!

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