Enfermedades mentales y su tratamiento con psicofármacos

Muy buenas a tod@s!!

Hoy os voy a hablar de cómo la alteración de los neurotransmisores puede producir determinadas enfermedades mentales.

También os hablaré de algunos de los psicofármacos que suelen utilizarse para mejorar la sintomatología de dichas enfermedades.

Pero antes que nada os recomiendo hacer un repaso de cómo funcionan los mecanismos de neurotransmisión de nuestro cerebro. Para ello podéis visitar el anterior post:

DOPAMINA

La dopamina es un neurotransmisor implicado en diferentes funciones, (como el control de los movimientos; la regulación de las emociones; la obtención del placer y la recompensa; la memoria a corto plazo; la planificación y la elaboración de estrategias de acción; etc.).

La dopamina en la Esquizofrenia

La esquizofrenia es una enfermedad mental que pertenece al grupo de los trastornos psicóticos y en su origen y mantenimiento estan implicados factores de carácter «bio-psico-social».

Esta enfermedad se caracterizan por la presencia de síntomas positivos, (delirios, alucinaciones, pensamiento y comportamiento desorganizado) y síntomas negativos, (aplanamiento afectivo, ausencia de respuesta emocional, incapacidad para disfrutar, problemas de memoria y atención, abulia, etc.).

La Teoría de la Hiperactividad Dopaminérgica, mantiene que los síntomas positivos de la esquizofrenia (delirios, alucinaciones, comportamiento desorganizado), podrían deberse a un exceso de la actividad de la dopamina en la vía mesocortical del cerebro. Es por ello que se han venido utilizando determinados fármacos llamados «antipsicóticos típicos», (como el haloperidol) que bloquean los receptores dopaminérgicos D2 en esa área cerebral.

Como estos fármacos producían muchos efectos secundarios, (discinesia tardía, efectos extrapiraidales, etc.) actualmente, suelen utilizarse otro tipo de fármacos llamados «antipsicóticos atípicos», (como la clozapina, la risperidona, la olanzapina, etc.) que tienen menos efectos secundarios que los primeros. Esto es así porque los antipsicóticos atípicos actúan de forma dual: por un lado, antagonizan los receptores D2 de la dopamina y por otro, antagonizan los receptores 5-HT2A de la serotonina. Estos fármacos además, tienen un mayor efecto sobre los síntomas negativos de la esquifrenia, que los antipsicóticos típicos.

La dopamina en la Enfermedad de Parkinson.

La enfermedad de Parkinson, es un trastorno caracterizado por temblores, rigidez de las extremidades, problemas de equilibrio, dificultades para iniciar los movimientos y alteraciones cognitivas.

Hoy en día sabemos que esta enfermedad se debe a una degeneración de las neuronas dopaminérgicas que se encuentran en el sistema nigroestriado, con lo cual, para mejorar los síntomas de esta enfermedad, lo que interesa es aumentar la cantidad de dopamina en esa área cerebral. Para ello, se suelen utilizar fármacos que actúan como precursores de la dopamina, (como el levodopa). Estos fármacos, atraviesan fácilmente la barrera hematoencefálica y una vez en el cerebro, se metabolizan rápidamente en dopamina.

También pueden utilizarse inhibidores de las enzimas que degradan o recaptan la dopamina, de modo que se consigue que haya más dopamina en el espacio sináptico. Un ejemplo sería el Deprenil, que es un inhibidor selectivo de la MAO-B.

La administración de todos estos fármacos puede mejorar bastante el cuadro sintomático del Parkinson, sin embargo, no curan del todo la enfermedad.

Un dato muy curioso…

Como habréis podido comprobar, el tratamiento de la Esquizofrenia y del Parkinson, son totalmente contrarios.

Mientras que en el Parkinson lo que interesa es aumentar los niveles de dopamina, en la esquizofrenia, interesa disminuirlos.

Pero ojo! Cuando el tratamiento de la esquizofrenia con antipsicóticos es muy prolongado, se pueden reducir tanto los niveles de dopamina, que la persona puede llegar a mostrar una sintomatología muy parecida a la enfermedad de Parkinson, llamada “parkinsonismo”.

Del mismo modo, cuando el tratamiento de la enfermedad de Parkinson con levodopa, es muy prolongado, puede aumentar tanto los niveles de dopamina que la persona puede llegar a mostrar síntomas psicóticos.

NORADRENALINA Y ADRENALINA

La adrenalina, actúa en el Sistema Nervioso Autónomo y es la responsable de los síntomas fisiológicos de la ansiedad (taquicardia, temblores, sudoración, tensión muscular, etc.), mientras que la noradrenalina actúa en el Sistema Nervioso Central y está implicada en la activación cerebral (es decir, en el aumento del estado de alerta o de atención) y también modula los procesos de aprendizaje y memoria.

En el Trastono por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), lo que interesa es aumentar la neurotransmisión noradrenérgica y dopaminérgica y es por ello que suele utilizarse un fármaco que es un derivado de las anfetaminas, el metilfenidato (comercializado como Rintalín).

En el caso de la ansiedad, para mejorar su sintomatología, se suelen utilizar agonistas de los autoreceptores α2 y β-bloqueantes, (que inhiben la liberación de adrenalina).

SEROTONINA

La serotonina (5-HT), se sintetiza a partir del triptófano, un aminoácido que se encuentra en los alimentos que comemos, (como plátanos, piña, quesos, chocolate negro, etc.). Si ingerimos poco triptófano, entonces sintetizaremos poca serotonina y como está muy implicada en la regulación del estado de ánimo, podremos tener síntomas de ansiedad y depresión. Pero además, la serotonina está implicada en la generación y el mantenimiento de los patrones de sueño, y ayuda a controlar el comportamiento, los sentidos y el pensamiento.

Vamos a ver cómo se relaciona la serotonina con algunas enfermedades mentales:

Depresión:

Como hemos dicho antes, la falta de serotonina, puede causar una depresión.

Para tratar la depresión, se suelen utilizar diferentes tipos de fármacos que tratan de aumentar la serotonina en el cerebro, como por ejemplo:

-Los fármacos IMAO, (como el Marplan) inhiben la función de la MAO, (que es la enzima que inactiva la serotonina), con lo cual,  si deja de funcionar esta enzima, se mejora la neurotransmisión de la serotonina.

-Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Estos fármacos inhiben la recaptación de serotonina, con lo cual, ayudan a que haya más serotonina en el espacio sináptico para que pueda ejercer su función. Un ejemplo bastante conocido es la fluoxetina (comercializada como Prozac).

-Los antidepresivos tricíclicos (como la Imipramina). Estos fármacos inhiben tanto la recaptación de serotonina como la recapatación de noradrenalina. De ese modo se facilita que haya más serotonina y noradrenalina en el espacio sináptico y la persona pueda sentirse más alegre, concentrada y con más ganas de hacer cosas.

Ansiedad:

La falta de serotonina también produce ansiedad.

La buspirona, es un fármaco que actúa como “agonista parcial” de los receptores de serotonina de tipo 5HT1A y presenta la ventaja de que no es tan adictiva, como las benzodiacepinas.

Tratamiento de los efectos secundarios de la quimioterapia:

Existe otro tipo de fármacos que suelen utilizarse mucho en pacientes que reciben quimioterapia. Estos fármacos bloquean los receptores 5-HT3 de la serotonina que se encuentran en el área postrema del cerebro, con lo que reducen las ganas de vomitar.

Esquizofrenia:

Como he comentado más arriba, la serotonina, regula la liberación de la dopamina. Por este motivo, actualmente se utilizan los “antipsicóticos atípicos” para el tratamiento de la esquizofrenia. Estos fámacos, además de actuar sobre los receptores D2 de la dopamina, actúan sobre los receptores 5HT2A de la serotonina, aliviando asi los síntomas positivos y negativos de la esquizofrenia, con menos efectos secundarios que los antipsicóticos típicos.

ACETILCOLINA

La acetilcolina (ACh) es un neurotransmisor que suele tener un efecto excitador. Cuando se libera acetilcolina en los músculos, éstos se contraen y podemos movernos. Además, la acetilcolina permite que se produzca la fase REM del sueño. También facilita los procesos de aprendizaje y memoria y está implicada en determinadas funciones de la rama parasimpática del Sistema Nervioso Autónomo.

La acetilcolina y la enfermedad de Alzheimer.

La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que causa un deterioro progresivo de las funciones cognitivas, (entre ellas la memoria, el lenguaje o la percepción). Su causa todavía es desconocida, pero se sabe, que se produce una pérdida importante de neuronas colinérgicas en determinadas áreas del cerebro, (entre ellas el hipocampo que está muy relacionado con la memoria).

Para evitar esta pérdida de colina, se suelen administrar fármacos que evitan la acción de la enzima “acetilcolinesterasa” (AChE). Esta enzima, degrada la acetilcolina, con lo cual, si inhibimos su acción, tendremos más acetilcolina en el espacio sináptico. De este modo se puede retrasar la aparición de los síntomas cognitivos del Alzheimer, (aunque, no se pueda evitar su avance).

HISTAMINA

La histamina está implicada en el mantenimiento de los ciclos sueño-vigilia, así como en la formación de nuevos aprendizajes, la regulación de la ingesta y el control de las secreciones hormonales.

Cuando tenemos una alergia, se liberan grandes cantidades de histamina y es por ello que tomamos antihistamínicos para aliviar los síntomas.

Uno de los efectos secundarios de estos fármacos antihistamínicos es que producen sedación, porque “bloquean” el receptor H1 de la histamina, (que suele tener efectos excitadores).

GLUTAMATO

El glutamato es uno de los principales neurotransmisores excitadores del Sistema Nervioso Central, que además, está muy implicado en los procesos de aprendizaje y memoria.

Cuando éste aminoácido excitador, es secretado en exceso, se comporta como una neurotoxina muy potente que provoca la muerte neuronal. De hecho, diversos estudios han puesto de manifiesto que la hiperactividad del sistema glutamatérgico, estaría implicada en la génesis de algunas enfermedades neurodegenerativas como la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) o la Corea de Huntington.

GABA

El GABA, es un neurotransmisor inhibidor.

Las benzodiazepinas, (como el Diazepam), son fármacos que se utilizan para reducir la ansiedad porque, facilitan la acción inhibidora del GABA y producen un efecto ansiolítico.

PEPTIDOS OPIACEOS

También tienen un efecto inhibidor y producen los siguientes efectos:

-Analgesia: inhiben la actividad de las neuronas que transmiten la sensación del dolor.

-Sedación: inhiben la actividad de neuronas implicadas en la activación cortical.

-Efectos reforzantes: producen sensación de tranquilidad y bienestar, (y es por ello que son drogas adictivas).

Uno de estos péptidos más conocidos es el opio, que se extrae de la planta “adormidera” y actúa como narcótico. El principio activo del opio, es la morfina, un analgésico muy eficaz usado hoy día para el tratamiento del dolor.

PÉPTIDOS NO OPIÁCEOS

Neuropéptido Y (NPY)

Este neuropéptiso, participa en el control de la ingesta y por tanto, es una de las dianas terapéuticas en trastornos relacionados con la alimentación, como la anorexia o la obesidad.

Colecistoquinina(CCK)

Los antagonistas de la CCK, disminuyen la ansiedad.

LÍPIDOS

Cannabinoides

La anandamida es un cannabioide endógeno y sobre sus receptores puede actuar el tetrahidrocannabiol (THC), que sería el principio activo del cannabis.

Cuando el THC se une al receptor de la anandamida, actúa como un agonista, con lo que produce sus mismos efectos, (euforia, debilitamiento de la atención y de la memoria, pérdida de la actividad motora, pérdida de la noción del tiempo, etc.).

De hecho la palabra «anandamida», proviene del sánscrito y significa “felicidad”.

Se ha demostrado que el THC tiene efectos terapéuticos importantes, (porque produce analgesia y sedación; estimula el hambre; reduce las náuseas producidas por la quimioterapia; alivia los ataques de asma; disminuye la presión interna de los ojos en pacientes de glaucoma; reduce los síntomas de algunos trastornos motores, etc.). Pero ojo! El uso terapéutico del cannabis, siempre debe estar supervisado por un médico especialista.

Hasta aquí mi explicación sobre los neurotransmisores, las enfermedades mentales y su tratamiento con psicofármacos.

Sólo me queda recordaos que los psicofármacos sólo pueden tomarse o retirarse bajo prescripción médica, ya que su introducción o retirada brusca pueden generar efectos indeseados, debido a que se producen alteraciones en el funcionamiento de los neurotransmisores. Por ejemplo, la retirada brusca de un ansiolítico o un antidepresivo, puede provocar el «efecto rebote» y por tanto, generar más ansiedad o depresión en la persona. Asi que por favor mucho cuidado con esto 😉

Como siempre me dejo muchas cosas en el tintero por cuestión de espacio. Mi intención tampoco es profundizar más en el tema, porque es un tema muy complejo y siempre habrá cosas que se me escapen. Sólo espero que esta humilde explicación haya servido para entender un poco mejor cómo funciona nuestro cerebro y lo importante que es cuidarlo 🙂

Referencias Bibliográficas:

Meunier, J.M. y Schvaloff, A. (1998). Neurotransmisores. Editorial: Polemos.

Redolar, D. (2008). Cerebro y adicción. Barcelona: Editorial UOC.

Stahl, S. M. (2001). Psicofarmacología Esencial. Bases neurocientíficas y aplicaciones clínicas. Barcelona: Ariel.

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